La mayoría de esponjas que actualmente se pueden comprar en las tiendas para la higiene de la piel no son auténticas esponjas. En efecto, están hechas de materias sintéticas que aparecen y actúan como esponjas de verdad, con excelente resultado.
Sin embargo, las verdaderas esponjas provienen del mar, y no de los laboratorios químicos. Durante mucho tiempo nadie supo decir con precisión qué era una esponja, aunque se creía que era una planta.
En 1825, no obstante, un científico llamado Robert Grant demostró que la esponja era un animal.
Para ello observó una esponja en el agua a través de un microscopio. Vió que ciertas corrientes de agua entraban por unos orificios y salían por otros. Sin embargo, durante años, los científicos siguieron sin saber de tipo de animales se trataba, llegándose a considerar que era una colonia de pequeños animalitos unicelulares que vivían en sociedad.
En la actualidad sabemos que las esponjas son esqueletos secos de unos animales marinos pertenecientes a una clase llamada “poríferos”, grupo muy importante en el reino animal. Aunque la esponja es una de las formas más primitivas de la vida animal, su estructura es muy complicada.
Los espongiarios son animales de vida acuática que tienen las paredes del cuerpo perforadas por poros inhalantes que comunican con la cavidad digestiva que, a su vez, comunica con el exterior mediante otro orificio denominado ósculo.
En base a su esqueleto las esponjas varían en grupos: las “esponjas calcáreas” cuyos esqueletos son de naturaleza calcárea; las “esponjas corneosilicosas” de naturaleza silícea y con fibras de “espongina”; las “esponjas córneas” cuyo esqueleto está formado únicamente de fibras de espongina.
La capa exterior de tejido orgánico que la rodea está compuesta por células planas en forma de escalera. Las células que recubren los canales son distintas a las de cualquier otro animal. Tienen forma de columna y cada una termina en un largo látigo, que bate el agua para hacer que circule. Así, el animal obtiene oxígeno y millones de pequeños organismos para alimentarse. Los productos de desecho se evacúan con el agua que sale y por esta razón las esponjas recién sacadas del agua tienen muy mal olor; esto protege a la esponja de otros animales que pudieran comérsela.
En el centro de la esponja existe una masa clara y gelatinosa en la que se encuentran unas células de movimiento libre que probablemente se encargan de digerir el alimento y de participar en la respiración, así como en la eliminación de los productos de desecho.
Las esponjas presentan formas muy diversas y a menudo, colores muy brillantes.
Corte Transversal de una esponja |
Los buceadores las obtienen del fondo del mar. Las esponjas más valiosas se encuentran a unos 80 ó 100 kilómetros de la costa, en aguas muy profundas.
La esponja más conocida de todas es la común de baño, muy abundante en el Mar Mediterráneo, especialmente en Grecia. Lo que se utiliza para uso doméstico no es más que el esqueleto de la esponja, formado por una red elástica y flexible de una sustancia córnea, derivada de la albúmina, denominada espongina.
En África y Norteamérica existen factorías donde se cultivan las esponjas para utilizarlas con fines comerciales, para lo cual hay que despojarlas de todas las partes celulares.
Para obtener sólo el esqueleto de espongina se procede a lavar la esponja repetidamente con ácido clorhídrico diluido.
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