Sin embargo, el primer paso para desarrollar una ciencia del frío y del calor consiste en poder medirlos. Para esto se inventó el termómetro, que significa “medidor del calor”
La primera condición que debe reunir un termómetro fiable es que siempre indique lo mismo ante temperaturas iguales. Teniendo esto en cuenta, un científico italiano llamado Galileo Galilei realizó ciertos experimentos hacia el año 1592 (justo un siglo después del descubrimiento de América). Galileo fabricó una especie de termómetro que en realidad se denominaba “termoscopio de aire”. Era un tubo de cristal con una ampolla hueca en un extremo. En este tubo había aire. El tubo y la ampolla se calentaban para dilatar al aire de su interior y entonces colocaba el extremo abierto en un líquido, como el agua.
Cuando el aire del tubo se enfriaba, su volumen se contraía y el líquido ascendía por el tubo ocupando su lugar. Entonces podían observarse los cambios de temperatura según subiera o bajara la columna de líquido contenido en el tubo. Así, pues, se trataba del primer termómetro, pues medía el calor.
Sin embargo, debes tener presente que la medición del calor se realizaba comprobando la expansión y contracción del aire en un tubo. Así, se hizo evidente que el termómetro se veía afectado por variaciones de la presión atmosférica y por lo tanto, el aparato no resultaba realmente exacto.
Los termómetros actuales utilizan la expansión y contracción de un líquido para medir la temperatura, siguiendo el mismo principio de Galileo. La diferencia reside en que este líquido está herméticamente sellado en una burbuja de cristal que lleva acoplado un tubo muy fino. Las temperaturas elevadas hacen que el líquido se dilate y ascienda por el tubo, mientras que un descenso de la temperatura hace que el líquido baje y se deposite en la burbuja del fondo. Junto al tubo se marca una escala que nos indica la temperatura.
En la actualidad, casi todos los termómetros van llenos de mercurio. Este tipo de termómetro se utilizó por primera vez en 1654, cuando lo inventó el gran duque Fernando II de Toscana.
¿Cómo se mide la temperatura en un termómetro?
Dos son las escalas termométricas más usadas: la centígrada y la Fahrenheit, usada en los países anglosajones. Los puntos de referencia tomados para relacionar ambas escalas son las temperaturas de fusión del hielo y la ebullición del agua.
En la escala centígrada, el punto de fusión del hielo viene dado por el cero de la escala (0°) y el de ebullición del agua por el cien (100°). Estas mismas temperaturas equivalen al punto 32 & 212 respectivamente de la escala Fahrenheit.
Los grados centígrados se designan con una letra C y los Fahrenheit con una F. Existe otra tercera escala termométrica que se utiliza solamente en las investigaciones científicas. Esta escala se llama Kelvin y está basada en el cero absoluto, la temperatura más baja que puede obtenerse, que corresponde a -273°C.
Según la escala Kelvin, el punto de ebullición del agua corresponde a 373°K y el de fusión del hielo a 273°K, es decir, equivale a la misma numeración que la centígrada sumándole cien grados.
El sistema de medición Kelvin se utiliza de un modo general en los trabajos y cálculos de laboratorio de la Física y de la Química.
¿Cómo convertir temperaturas de una escala a otra?
En caso de necesitar convertir una temperatura de una escala a otra o por si no entiendes la que tienes disponible, debes usar estas fórmulas:
Para
convertir de ºC a K use la fórmula: K = ºC + 273.15
Para
convertir de ºC a ºF use la fórmula:
ºF = ºC x 1.8 + 32
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Para
convertir de ºF a K use la fórmula: K = 5/9 (ºF – 32) + 273.15
Para
convertir de ºF a ºC use la fórmula:
ºC = (ºF-32) ÷ 1.8
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Para
convertir de K a ºF use la fórmula:
ºF = 1.8(K – 273.15) + 32
Para
convertir de K a ºC use la fórmula:
ºC = K – 273.15
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