Este experimento es una más de las cosas interesantes que se pueden contar de las glándulas salivares. Estas no funcionan mecánicamente, sino que están sujetas al control del cerebro. Existen tres pares de glándulas salivares, uno junto al oído, otro bajo la lengua y otro bajo la mandíbula inferior.
¿Qué es la saliva?
La saliva se produce y se secreta a partir de glándulas salivares. Las glándulas salivares segregan automáticamente la cantidad y el tipo de saliva necesaria para la tarea inmediata que se presenta.
La saliva se compone de una variedad de electrolitos, incluyendo sodio, potasio, calcio, magnesio, bicarbonato y fosfatos. También se encuentran en la saliva inmunoglobulinas, proteínas, enzimas, mucinas y productos nitrogenados, como la urea y el amoníaco.
Los animales que ingieren comida con abundante agua segregan poca saliva. Los peces no tienen glándulas salivares y los pájaros, que comen granos, en cambio, tienen unas glándulas salivares muy desarrolladas.
Por ejemplo, cuando una vaca come hierba fresca sus glándulas segregan unos 50 litros de saliva. Cuando, en cambio, recibe hierba seca, la cantidad de saliva alcanza los 200 litros. La glándula salivar más importante del hombre segrega a lo largo de la vida unos 25,000 litros de saliva. Para producir la saliva, las glándulas salivales necesitan un aporte de agua. Esta agua la obtienen de la sangre y en última instancia, del agua que bebemos que nuestro organismo utiliza para múltiples usos.
La función salival la podemos categorizar en sus funciones principales que sirven para mantener la salud bucal y crear un equilibrio ecológico adecuado: Lubricación y protección, acción amortiguadora y aclaramiento, mantenimiento de la integridad dental, actividad anti bacteriana y sabor y digestión.
Cada glándula salivar tiene una función especial. La mayor, la parótida, situada ante el oído segrega grandes cantidades de saliva acuosa, cuyo propósito principal es diluir y humidificar el alimento.
Las glándulas situadas cerca de la mandíbula inferior segregan un tipo de saliva que “lubrica” los alimentos.
Según el alimento que tomes, las glándulas salivares producirán un tipo u otro de saliva. Si mordemos una manzana que precisa humedecerse, actuaran las glándulas submaxilares. Si tomamos en cambio una galletita salada, se pone en acción el par de glándulas parótidas que fabrican grandes cantidades de saliva acuosa.
La saliva humana contiene una enzima determinada amilasa, que actúa sobre las féculas, descomponiendo las moléculas en dextrina y luego en azúcares.
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